Una cocina lacada se distingue por sus frentes y muebles recubiertos con una capa de laca, acabado que le confiere un aspecto brillante y reflectante. El procedimiento consiste en aplicar varias capas de barniz o pintura lacada a materiales como la madera, las fibras de densidad media (MDF) u otros sustratos y luego pulirlos hasta obtener una superficie lisa y brillante.
Para cuidar y preservar adecuadamente la belleza de tu cocina lacada, utiliza limpiadores suaves y no abrasivos. Evita productos que contengan disolventes fuertes que puedan dañar la superficie.
Se recomiendan productos específicos para lacados brillantes, disponibles en muchas tiendas de bricolaje, para mantener el brillo de los frentes lacados. Limpia las superficies regularmente con un paño de microfibra para evitar arañazos y mantener el brillo.